alice tirava o silêncio dos cantos da casa.
depois abria janelas. dizia está calor. está ouvindo os grilos?
aqui, é sempre calor, lili. sempre este insuportável calor. as cigarras. é de enlouquecer.
ela se levantava, afastava a cadeira, afagava o rosto do homem que amava e dizia venha vamos um pouco ali fora ver o céu. está todo estrelado.
não reconheço as constelações.
mas se deixava conduzir pela mão. olhavam o céu. sentiam o cheiro úmido de mato. ouviam os barulhos das casas vizinhas, os bichos nos quintais. uma brisa.
as cigarras que silenciavam.
***
donde estoy
alicia sacaba el silencio de las esquinas de la casa.
después abría ventanas. decía hace calor. ¿estas escuchando los grillos?
aqui, hace siempre calor, lili. siempre este insoportable calor. las cigarras. es como para enloquecer.
ella se levantaba, echaba para atrás la silla, acariciaba el rostro del hombre que amaba y decía, vamos a un poco a fuera a ver el cielo. está todo estrellado.
no reconozco las constelaciones.
pero se dejaba llevar de la mano. miraban el cielo. sentían el olor húmedo de la hierba. oían el barullo de las casas vecinas, los animales en los patios. una brisa.
las cigarras que se callaban.
alicia sacaba el silencio de las esquinas de la casa.
después abría ventanas. decía hace calor. ¿estas escuchando los grillos?
aqui, hace siempre calor, lili. siempre este insoportable calor. las cigarras. es como para enloquecer.
ella se levantaba, echaba para atrás la silla, acariciaba el rostro del hombre que amaba y decía, vamos a un poco a fuera a ver el cielo. está todo estrellado.
no reconozco las constelaciones.
pero se dejaba llevar de la mano. miraban el cielo. sentían el olor húmedo de la hierba. oían el barullo de las casas vecinas, los animales en los patios. una brisa.
las cigarras que se callaban.
juan yanes, em sua maquina de coser palabras, traduziu para o castelhano.
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